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Visión sobre el parto en momentos del COVID-19


En estos momentos de #YoMeQuedoEnCasa y de la saturación hospitalaria por el COVID-19 ¿Qué hay de las mujeres que están a punto de parir?



En estrevista con Sabrina Speich, Partera Certificada en Competencias Esenciales de Partería comenta cómo empezó su camino como partera en México y cómo parió a sus ocho hijos en su casa.

Ella brinda un mensaje inspirador a las mujeres que están hoy en casa a punto de parir. La contingencia sanitaria puede ser vista como una oportunidad de recuperar la confianza del parir como lo más natural.

Para una partera, un parto en casa es su área de trabajo, es lo que vienen haciendo desde siempre, son las expertas en esa área. Ahora que se pide reducir el contacto a lo mínimo, obliga volver la mirada a lo esencial. Parir podemos todas.

Lo ideal, y algunas parteras como Sabrina ya lo están haciendo, es armar una red de proveedores, que incluye médicos, para que la mujer tenga la confianza de lo que en el mundo del parto en casa se conoce como el Plan B, esto es, si se llegase a presentar la necesidad de un traslado de emergencia al quirófano.

Sería mejor que existiesen clínicas pequeñas, especializadas solo en maternidad. Esto evita exponer a la mujer al contagio que es más probable en hospitales generales, donde circulan todo tipo de pacientes, incluidos los portadores de virus.

Sabrina hace un llamado a sus compañeras parteras, principalmente las de edad avanzada, a extremar medidas de seguridad ante la contingencia, no solo por las mujeres sino por ellas mismas al atender un parto en casa, mediante el uso de cubrebocas, guantes, lentes, zapato cerrado que se pueda meter en cloro para desinfectar, al regresar a la casa antes de entrar quitar ropa y lavar todo con agua caliente, luego ducharse con agua caliente.

Las velas, las esencias, la música, la tina con agua son cosas no esenciales en estos momentos de propagación de virus, pues exponernos más tiempo del necesario pone en riesgo a todos. Lo importante es seguir atendiendo con el corazón, con la conexión, porque a final de cuentas, todas podemos parir y en cualquier circunstancia vamos a parir. Esa es la medicina, ese es el poder.

Hace también un llamado a las jóvenes que sientan la vocación de la partería a que se formen, se instruyan, se certifiquen y sirvan a las mujeres y sus familias como lo han hecho miles de parteras a lo largo y ancho de todo el mundo. Para las mujeres es fácil despertar el amor por ayudar a otra mujer, esa es la partería. Es un acompañamiento que trasciende todo, la enfermedad, la destrucción, la guerra, lo que sea. Donde quiera que se mire, siempre habrá una mujer ayudando a otra a parir.

Al contrario de lo que muchos creen, la partería no es un oficio en decadencia, sino una de las labores esenciales para el empoderamiento de la mujer y para enfrentar épocas de crisis en el mundo actual. Es, como bien dice Sabrina, parte de la conciencia hacia un futuro, hacia crear una nueva sociedad, una nueva cultura que incluye a la partera y al parto en casa como algo sano, como algo favorable.
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